
Durante la Primera Guerra Mundial ya se utilizó el gas mostaza en el campo de batalla, un gran número de soldados quedó afectado de por vida por los síntomas que aparecen tras ser sometidos a este compuesto: problemas respiratorios, problemas de visión, enfermedades hereditarias, enormes sarpullidos en la piel y un largo etc...
Sin embargo en la segunda guerra mundial, el gas mostaza se hizo todavía más letal, ya que estaba más refinado y se elaboraba empleando las nuevas técnicas disponibles en aquellos momentos, el resultado fue una nueva arma de características desconocidas hasta la fecha.
Debido a la aparición de esta "nueva arma" era necesario conocer las consecuencias que esta tendría al ser utilizada contra seres humanos.

Se colocaba a varios soldados en campo abierto, se les colocaba como única protección una máscara de oxígeno y se les rociaba durante horas con una extraña substancia arrojada por avionetas, también se les hacía pasar por túneles llenos de dicha substancia. Se trataba de gas vesicante. Este gas provoca la aparición de enormes sarpullidos llenos de líquido por todo el cuerpo. Muchos de los soldados acabaron con sus órganos reproductores deformados a causa de las ampollas.

En la actualidad muchos de los soldados sometidos a estas pruebas, han fallecido, y los pocos que quedan con vida no comprenden cómo el ejército pudo tratarlos de esta manera y no están conformes con las compensaciones que han recibido, sin embargo, no se arrepienten de haber podido contribuir a la salvación de vidas inocentes.
Documental de 45 minutos listo para ver online: "Canal Historia: Experimento Suffield"
Autores de las imágenes: woody1778a, Teo. Licencia Creative Commons.